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domingo, 17 de abril de 2011

TOTAL DEPENDENCIA DEL ESPIRITU SANTO


Compare la iglesia de Salomón con
la iglesia de David de Sión!


La fuerza detrás de la Iglesia de David fue la total dependencia en el Espíritu Santo.  Esto fue lo que distinguió a David:

"Y Samuel tomo el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David..." (I Samuel 16:13).

Cuando David estaba en su lecho de muerte, dijo a su hijo Salomn, en muchas palabras: "Quiero decirte por qué Dios me ha bendecido.  Quiero que conozcas el secreto de mi ministerio--por qué el reino está en paz y por qué Dios ha sido conmigo donde quiera qua he ido."  Escuche las últimas palabras de David a su hijo: "El Espíritu del Señor ha hablado por mí y su palabra ha estado en mi lengua." (2 Sam. 23:2).

David estaba diciendo: "Yo no confío en mi conocimiento y sabiduría.  Yo no confío en ninguna parte de mi carne!  Fui un hombre débil--pero dependí del Espritu Santo!  Toda palabra que hablé fue bajo su unción.  Sus palabras llenaron mi boca!"

Hace 6 años, cuando abrimos las puertas del ministerio aquí en la ciudad de Talara, nuestro lema fue: "El Espíritu Santo es el que está encargado aquí!"  Vea usted, no fueron predicaciones acerca de "como tratar" lo que salvó a muchos.  Ellos no cayeron sobre sus rodillas porque predicamos sermones concisos y cortos.  No fueron redargüidos de culpabilidad por ilustraciones directas e historias de la naturaleza.  No--los convertidos testificaban a sus amigos: "Yo estuve una vez en el mundo como tú. Pero mírame ahora!  El Espíritu de Dios me cambió!

Fue el poder y la manifestación del Espritu de Dios que trajo a jóvenes de rodillas ante Dios.  El Espíritu Santo vino--y esos jóvenes endurecidos fueron derribados y clamaron a Dios por misericordia!

Salomón habló de árboles, hisopo, bestias, cosas que trepan, peces.  Pero David habló de intimidad con el Señor, de quebrantamiento y contrición.  Habló de la "roca," que es Cristo.  Y David fue redargüido y cambiado por su propia predicación.  Valoró en gran manera la presencia del Espíritu Santo en su vida, que le pidió al Señor que nunca quite de él su Espíritu.  David sabía que no era nada sin el Espíritu Santo!

En la iglesia Salomón, sin embargo, un predicador simplemente, reúne verdades, información bíblica y crea un sermón para otros.  Entonces lo lanza a la congregación y se dice así mismo: "Es la Palabra, tiene que impactar.  Tiene que causar crecimiento y cambio en mis oyentes, porque es la poderosa Palabra de Dios."

No es así!  Usted puede lanzar tanta Palabra como a usted le plazca--sermón sobre sermón, enseñanza sobre enseñanza, sabiduría y conocimiento en abundancia.  Pero si no esta ungido por el Espíritu Santo, es una palabra muerta.  Si el predicador no toma tiempo sobre su rostro ante  Dios, no tendrá el fuego de Dios en su alma.  Y no habrá unción de Dios en sus palabras; sin importar cuán sabias y llenas de conocimiento suenen.  Simplemente no producirán vida!

Pablo dijo: "Y ni mi palabra ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no este fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios." (1 Cor. 2:4-5).

"... hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.  Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente." (1 Cor. 2:13-14)

Usted nunca debera ir a la iglesia sin orar: "Dios, dame del Espíritu Santo oídos para oír.  Ayúdame a oír, a comprender y a aplicar tu Palabra a mi vida!"  Usted debe tener oídos del Espíritu Santo para oír, así como el pastor debe tener una lengua del Espíritu Santo para hablar!

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