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jueves, 17 de abril de 2014

PEDRO FUE PEDIDO



La historia de Job, del Antiguo Testamento, probablemente le es familiar. Si es así, recordará que Satanás no pudo tocar este hombre de Dios, sin antes pedir permiso. Dios le dijo que sólo podía ir hasta un determinado punto con Job. Podía afligir su cuerpo, destruir y quitarle todo lo que tenía pero no podía tomar su vida.

Ahora Satanás estaba tramando un caso contra Pedro. Dijo "Jesús, usted ha proclamado que levantará su iglesia sobre el testimonio de este hombre. Entonces si está tan seguro de que Pedro es fuerte como una roca, déjeme cernirlo por un tiempo. Encontrarás que no es la roca buena para cualquier fundamento. En lo profundo Pedro es solamente arena. Ya sabe que tengo a uno de sus doce líderes. Y ahora declaro que Pedro se va a desmoronar exactamente como Judas.

Que increíble promesa de seguridad. Las palabras del Señor eran suficientes para llevar a cualquiera en fe y confianza durante toda la vida. Al escuchar estas palabras Pedro debe haberse sentido profundamente amado, pensando "tengo una promesa férrea del Señor. El me va a usar a través de la eternidad. Y eso absolutamente me libera para servirle ahora sin preocupación."

El estado de contemplación y júbilo de Pedro fue abruptamente interrumpido. Súbitamente, Jesús se dirigio a él con esta advertencia extraña: "Simón, Simón he aquí Satanás te ha pedido para zarandearte como a trigo" (22:31). Puedo imaginarme el desconcierto de Pedro. Él probablemente exclamó ¿Por qué me querrá Satanás, Señor? ¿Es mi corazón perverso? ¿Qué hice para ser seleccionado? Después de todo fui el primero en reconocer tu deidad. Cuando todos estos dudaban, yo no dudé. Inclusive caminé contigo sobre el agua. Entonces, ¿que significa eso de que voy a ser zarandeado? ¿Estás diciendo que Satanás preguntó si podría hacerme esto, y tu dijiste que si? ¿Dónde está tu protección sobre mi, Jesús? ¿Qué está pasando?

En ese tiempo Israel era una sociedad agricultora, por lo tanto todo el mundo estaba familiarizado con el proceso de cernir los granos. Los agricultores echaban el grano en los cernidores, típicamente un marco de madera de cuatro por cuatro con un fondo en tela metálica. Los trabajadores sacudían el cernidor vigorosamente, haciendo caer todo el sucio y la cáscara a través de la tela metálica, al piso. Solamente los granos permanecían en el cernidor. 

Obviamente, cernir, es un proceso de purificación, separando lo malo e inútil, de lo bueno y productivo. Se preguntarán ¿por qué Satanás querrá zarandear a Pedro si solamente buen fruto saldrá de esto?" En mi opinión, Satanás pensó que la fe de Pedro fallaría en el proceso. Él planeaba sacudirlo tan violentamente que podría probar que las semillas de su fe eran sólo cáscaras.

miércoles, 9 de abril de 2014

ESPÍRITU DE CODICIA EN JUDAS



La noche antes de su muerte, Jesús se sentó a la mesa y con él los apóstoles para compartir la pascua o fiesta de los panes sin levadura. 

El grupo tuvo un tiempo de intima comunión con el Señor. Al terminar la cena, Jesús dijo "Mas he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la mesa" (Lucas 22:21). Que terrible verdad fue revelada en tan especial momento. Satanás audazmente había entrado en uno de los discípulos del Señor, Judas. (Lucas 22:21)

Otro suceso tuvo lugar en esa mesa. Jesús tomó el pan y dio gracias y lo partió y les dio diciendo: Este es mi cuerpo que por vosotros es dado. El discípulo que lo iba a entregar extendió su mano poseída por el diablo y recibió el pan. Fue como si Satanás mismo hubiese tomado el cuerpo del Señor entre sus manos para destruirlo.

Usted se preguntará como yo: ¿Cómo pudo el diablo poseer a Judas? Ninguna persona puede caer tan profundamente en una noche. Ningún ser humano podría sorpresivamente ser alcanzado por el pecado de tal manera que intencionalmente traicionara al Hijo de Dios, sabiendo que esto le acarrearía la muerte. Tristemente, lo cierto es que Judas fue una conquista fácil para el diablo. El evangelio revela que Judas tenía un historial de codicia y robaba de la bolsa del grupo (Juan 12:6). Y como el guardaba este espíritu de codicia, a Satanás le fue fácil engañarlo y poseerlo en el momento propicio.

La misma situación sucede a los cristianos una y otra vez a través de los siglos; Satanás ha vencido a multitud de creyentes que no han permitido ser liberados de una debilidad que los inclina a pecar una y otra vez en la misma área. He visto multitud de ministros dedicados a servir al Señor, caer a derecha e izquierda, hombres que en otro tiempo fueron poderosamente usados por Dios. A través de los años esos predicadores se enredaron en un deseo carnal que ellos nunca quisieron dejar ir. Y ellos cayeron pesadamente, perdiéndolo todo.

Judas mismo fue poderosamente usado por Dios. El hizo junto a los demás apóstoles milagros, reprendiendo demonios y sanando enfermos. Igual que los demás, él caminó cerca al Señor, la Palabra viva. Las multitudes que rodeaban a Jesús lo reconocían como un devoto servidor de Dios.

La Biblia deja esto claro: desde el principio, Judas era un infame servidor de sus deseos y avaricia en secreto y nada de lo que este hombre vio o escuchó de Jesús logró tocar el pecado de su corazón. Judas se entregó completamente a su pecado, y como resultado fue poseído por Satanás.

Yo creo que multitud de cristianos hoy en día son como este hombre. Son usados por Dios; ellos alaban al Señor con devoción y le sirven sinceramente. Pero toleran un pecado en su vida, y con el tiempo este crece y se arraiga profundamente. Y ahora han llegado a ser una presa fácil para Satanás. Y éste invade el área de su debilidad y eventualmente los domina.

Ahora, en la Pascua, Satanás sabía que el reino de Jesucristo estaba por establecerse, entonces ya poseído Judas, determinó ir por otro de los discípulos. Yo creo que el hizo sentir su presencia en la mesa. "Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor." (Lucas 22:24) ¿Puede imaginarse semejante discusión? Acababan de tener un íntimo tiempo de comunión con su Señor, quién les declaró que iba a morir. Tal parece que ninguno entendió nada de lo que Jesús dijo. Por el contrario, empezaron a discutir quién estaría a cargo cuando el Señor faltara.

Esto debe haber sido un banquete para Satanás. Probablemente midió uno a uno los discípulos preguntándose "¿Quién será el siguiente? Natanael no, Jesús dijo que no era fácil de engañar. ¿Y qué de Juan? No, es muy cercano al Señor siempre inclinandose sobre su pecho. ¡Ah¡ allí está Pedro. Jesús lo llamó roca. En verdad Jesucristo dijo que fundaría su iglesia sobre la proclamación de Pedro, de que él era el Mesías. Si, Pedro es el indicado. Si pudiera atraparlo, podría debilitar la fundación de la iglesia futura."