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miércoles, 17 de septiembre de 2014

EL CAMINO DE ENTREGA



El camino de entrega comienza con un sentido
de incapacidad absoluta dirigido por Dios.

Dios comienza el proceso tumbándonos de nuestro caballo. Esto le sucedió literalmente a Pablo. Él iba en su camino muy seguro, cabalgando hacia Damasco, cuando una luz cegadora vino del cielo. Pablo fue tirado al suelo, temblando. Entonces una voz del cielo le habló, diciendo: “Saulo, Saulo, ¿porque me persigues?” (Hechos 9:4).

Las palabras llevaron a Pablo a un incidente que tomó lugar varios meses atrás. De repente, este honrado fariseo entendió por qué su conciencia se perturbaba dentro de él. Pablo había pasado muchas largas noches de disturbio, plagadas con confusión y desasosiego porque él había visto algo que lo había hecho temblar hasta lo más profundo.

Todo eso ponía al descubierto el vacío en la vida de Pablo. El más devoto de los fariseos se dio cuenta que Esteban poseía algo que él no tenía. Pablo estuvo cara a cara con un hombre que se había entregado por completo a Dios, y eso hacia que Pablo se sintiera miserable. Probablemente, pensó: “He sido adiestrado por años en las escrituras. Sin embargo, este hombre rústico habla la palabra de Dios con autoridad. He tenido hambre de Dios toda mi vida. Pero Esteban tiene el mismo poder del cielo aun muriéndose. Él claramente conoce a Dios, como nadie que yo jamás haya conocido. Aun así, yo he estado persiguiéndole a él y a sus semejantes.”

Pablo sabia que algo faltaba en su vida. Tenía conocimiento de Dios pero no tenía revelación, como Esteban. Ahora, de rodillas y temblando, escuchó estas palabras del cielo: “Yo soy Jesús a quien tu persigues.” (Hechos 9:5). Era una revelación sobrenatural. Y estas palabras pusieron el mundo de Pablo al revés. En ese momento, yo pienso que Pablo debió estar tirado en el suelo por horas, llorando, diciendo:

“No he comprendido nada. Pasé todos esos años de educación y estudio, haciendo buenas obras; pero todo este tiempo he estado en el camino equivocado. Jesús es el Mesías. Él vino y perdí la oportunidad de conocerlo. Ahora todos esos pasajes en Isaías tienen sentido. Eran acerca de Jesús. Ahora, me doy cuenta de lo que Esteban poseía. Él tenía un conocimiento íntimo de Cristo.”

Las escrituras dicen que “temblando y temeroso, dijo Señor ¿qué quieres que yo haga? (9:6). La conversión de Pablo fue una obra dramática del Espíritu Santo. Y qué hombre tan difícil para que se convirtiera era éste. Era el perseguidor del pueblo de Dios. Su testimonio sería un poderoso e irrefutable testimonio para el evangelio de Jesucristo. Seguramente Dios usaría a Pablo en formas increíbles. “El Señor le dijo: “Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.” (9:6).

Ahora trate de imaginarse a Pablo. Este fariseo bien educado ahora estaba pasmado y ciego. Tuvo que ser llevado a la ciudad por sus amigos. Todo en su vida parecía derrumbarse. Pero la realidad era que Pablo era llevado por el Espíritu Santo a una vida entregada. Cuando él preguntó: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” Su corazón estaba gritando, “Jesús, ¿cómo puedo servirte? ¿Cómo puedo conocerte y agradarte? Nada más me importa. Todo lo que he hecho en la carne es estiércol. Ahora tú eres todo para mí.”

Pablo pasó los próximos tres días ayunando y orando. No obstante, no vino palabra del cielo. Él le había enseñado y predicado a otros pero nada de lo que había aprendido le podía ayudar ahora. Él estaba completamente impotente. Puede haber orado: “O, Dios, has puesto un gran deseo en mí de conocerte. Por favor, muéstrame que debo hacer. Estoy tan ciego y confundido que ya nada tiene sentido.” Me identifico con Pablo pues antes de ser llamado "Israel", era un jóven que contendía con la verdad y me enfrentaba a los cristianos, los perseguía. Con los años pastoreando Tiempo de Cosecha he visto el favor de Dios cada día.

Le digo a cada seguidor devoto de Jesús: Tome nota de esta escena. Aquí está el patrón de una vida entregada. Cuando usted decida entrar más profundo con Cristo, Dios pondrá a un Esteban en su camino. Él lo confrontará con alguien cuyo semblante brilla con Jesús. Esta persona no está interesada en las cosas del mundo. A él no le importan los aplausos de los hombres. A él solo le importa agradar al Señor. Y su vida pondrá al descubierto su complacencia y conformidad, trayéndole una profunda convicción.

Como Pablo, usted sentirá su bancarrota. Usted se dará cuanta que no importa cuántas obras piadosas haya hecho, usted no alcanzó a Jesús. Y usted terminará en un callejón sin salida: pasmado, sin dirección, incapaz de hacer sentido de toda revelación pasada. Pero todo ocurrirá porque Dios lo ha permitido. Él lo llevará a usted a un lugar de total impotencia.

martes, 16 de septiembre de 2014

ENTREGA TU PROPIA VIDA


"Entrega", ¿Qué le dice a usted esta palabra? En términos literales, entrega se define como algo que se cede a otra persona. También significa rendir algo que le ha sido entregado. Esto puede incluir sus posesiones, poder, metas; y hasta su propia vida.

Los cristianos de hoy en día escuchan mucho acerca de la vida entregada. ¿Pero qué significa exactamente? La vida entregada es el acto de devolver a Jesús la vida que le ha dado a usted. Es ceder el control, los derechos, el poder, la dirección y todas las cosas que usted hace y dice. Es renunciar a su vida y ponerla en las manos de Jesús para que él haga con ella como él desee.

Jesús mismo vivió una vida entregada. “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.” (Juan 6:38). “Yo no busco mi gloria” (Juan 8:50). Cristo nunca hizo algo por sí mismo. Él no se movió ni dijo palabra alguna sin ser instruído por el Padre. “Nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo. …porque yo hago siempre lo que le agrada.” (Juan 8:28-29)

La entrega completa de Jesús al Padre es un ejemplo de cómo todos debemos vivir. Usted dirá: “Jesús era Dios encarnado. Su vida fue de entrega antes que él viniera al mundo.” Pero la vida entregada no es impuesta sobre nadie, incluyendo a Jesús.

Cristo habló estas palabras como un hombre de carne y sangre. Después de todo, él vino a la tierra a vivir no como Dios sino como un ser humano. Él experimentó la vida de la misma forma como nosotros la experimentamos. Y así como nosotros, tenía su propia voluntad. Él escogió entregar completamente esa voluntad a su Padre. “Por eso me ama mi Padre porque yo pongo mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar.” (Juan 10:17-18).

Jesús nos decía: “No se equivoquen. Este acto de mi propia entrega esta totalmente en mi poder para hacerlo. Estoy escogiendo entregar mi vida. Y no lo estoy haciendo porque algún hombre me dijo que lo hiciera. Nadie esta tomando mi vida. Mi Padre me dio el derecho y privilegio de entregar mi vida. El también me dio la elección de pasar esta copa y evitar la cruz. Pero yo elijo hacerlo, por amor y entrega total a él.”

Nuestro Padre celestial nos ha dado a todos este mismo derecho: el privilegio de escoger entregar nuestra vida a él. Nadie esta obligado a entregar su vida a Dios. Nuestro Señor no nos hace sacrificar nuestra voluntad y devolver nuestra vida a él. Él libremente, nos ofrece la tierra prometida llena de leche, miel y frutos. Pero podemos elegir no entrar a ese lugar de plenitud.
La verdad es que podemos tener tanto de Cristo como deseemos. Podemos entrar tan profundo en él como escojamos, viviendo completamente por su Palabra y dirección. El apóstol Pablo sabía esto. Y él escogió seguir el ejemplo de Jesús, el de una vida entregada.

Pablo fue uno que odiaba a Jesús, un perseguidor auto justificado de los cristianos. Él decía que él literalmente respiraba odio hacia los seguidores de Jesús. Él era también un hombre de gran voluntad propia y ambición. Pablo era muy bien educado, habiendo sido adiestrado por los mejores maestros de sus tiempos. Y era un fariseo, uno de los más celosos de los líderes religiosos judíos.
Desde el principio, Pablo estaba dirigiéndose hacia su éxito. Él tenía la aceptación de los líderes religiosos de esos días. Y él tenía una misión muy clara con apoyo y honores de sus superiores. Si, verdaderamente, él tenía toda su vida planificada, conociendo exactamente hacia donde se dirigía. Pablo se sentía seguro de que él estaba en la perfecta voluntad de Dios.

Sin embargo, el Señor tomó a este hombre que se hizo a si mismo, autodeterminado y autodirigido y lo hizo un ejemplo brillante de una vida entregada. Pablo se hizo una de las personas más dependientes de Dios, llenas de Dios y dirigidas por Dios en toda la historia. Ciertamente, Pablo hizo de su vida un modelo para todo aquel que desee vivir una vida completamente entregada a Cristo: “Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna.” (1 Timoteo 1:16)

El apóstol estaba diciendo: “Si deseas saber lo que conlleva vivir una vida entregada, mira mi vida. ¿Has puesto en tu corazón entrar en una relación más profunda con Cristo? Aquí está lo que puedes anticipar para poder resistir.” Pablo sabia que no había muchos que estarían dispuestos a seguir su ejemplo. Pero su vida es un patrón para todos aquellos que escogen la vida entregada total.

viernes, 5 de septiembre de 2014

CAMPAÑA EN LA PLAZA DEL PESCADOR - 2013

DECLARANDO LO QUE VIENE

GUARDADOS POR UN PROPÓSITO



David oro, “Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado.” (Salmo 16:1). La palabra hebrea que David uso para “guárdame” o presérvame, esta lleno de significado. 

Dice en esencia, “Pon un cerco a mí alrededor, una pared de espinas protectoras. Guárdame y mantenme. Observa todos mis movimientos, mis entradas y salidas.”

David creía plenamente que Dios guarda a los justos. Y las Escrituras dicen que David fue ayudado y preservado en todos sus caminos. Este hombre, bendecido, declaro, “He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel. Jehová es tu guardador:…tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal: Él guardará tu alma.” (Salmo 121:4-7).

La misma palabra hebrea preservar también aparece en este pasaje. Una vez mas, David esta refiriéndose al cerco divino, una pared de protección sobrenatural. Él nos asegura, “Dios tiene su ojo sobre ti dondequiera que vayas.”

Ciertamente, el Señor esta con nosotros en todo lugar: en el trabajo, en la iglesia, mientras estas de compras. Él esta con nosotros en nuestro auto, en los buses y aviones. Y todo el tiempo, David dice, Dios nos esta preservando o protegiendo del mal. Nos protege de ladrones, bandas, asesinos, violadores y terroristas. Él nos esta protegiendo del Ántrax, viruela, y cualquier tipo de guerra bacteriológica concebible. En resumen, nuestro Dios tiene todas las bases cubiertas. Él ha prometido frustrar toda arma que se forma contra sus hijos.

La Palabra de Dios nos ofrece promesas seguras aun contra de estas cosas:

“Oh Señor, líbrame de los impíos; protégeme de los violentos,… y todos los días fomentan la guerra. Afilan su lengua cual lengua de serpiente; ¡veneno de víbora hay en sus labios! Señor, protégeme del poder de los impíos;…los que piensan hacerme caer. Esos engreídos me han tendido una trampa; han puesto los lazos de su red, han tendido trampas a mi paso.”

“…No satisfagas, Señor, los caprichos de los impíos;…Que sobre la cabeza de mis perseguidores recaiga el mal que sus labios proclaman. Que lluevan brasas sobre ellos; que sean echados en el fuego, en ciénagas profundas, de donde no vuelvan a salir. Que no eche raíces en la tierra la gente de lengua viperina; que la calamidad persiga y destruya a la gente que practica la violencia.”

“Yo sé que el Señor hace justicia a los pobres y defiende el derecho de los necesitados. Ciertamente los justos alabarán tu nombre y los íntegros vivirán en tu presencia.” (Salmo 140:1-13).

Al principio de este Salmo, David pide a Dios que lo proteja de hombres violentos. La palabra que David usa para preservar o proteger es diferente aquí. Significa proteger de lo que esta cubierto, escondido, en secreto. Dios nos esta diciendo, “Tengo cubierta toda área de tu vida, aun las cosas que no puedes ver. Con toda seguridad puedes descansar en mi.”

¿Crees que eres preservado por el Señor? ¿Aceptas que El te esta protegiendo de las estratagemas de hombres malos, orgullosos y violentos? Tales hombres pueden estar decididos en destruirte. Pueden hacer planes venenosos contra ti. Pero no tienes que temer ningún mal. Como David ora, “Que lluevan brasas sobre ellos; que sean echados en el fuego, en ciénagas profundas, de donde no vuelvan a salir.” (Salmo 140:10).

Si tienes problemas para aceptar el deseo de Dios de protegerte, lee el Salmo 37:

“El Señor afirma los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir; podrá tropezar, pero no caerá, porque el Señor lo sostiene de la mano. He sido joven y ahora soy viejo, pero nunca he visto justos en la miseria, ni que sus hijos mendiguen pan…Porque el Señor ama la justicia…y no abandona a quienes le son fieles. El Señor los protegerá para siempre,… pero el Señor no los dejará caer en sus manos ni permitirá que los condenen en el juicio…”

“Cuando los malvados sean destruidos, tú lo verás con tus propios ojos. He visto al déspota y malvado extenderse como cedro frondoso. Pero pasó al olvido y dejó de existir; lo busqué, y ya no pude encontrarlo. Observa a los que son íntegros y rectos: hay porvenir para quien busca la paz. Pero todos los pecadores serán destruidos; el porvenir de los malvados será el exterminio La salvación de los justos viene del Señor; él es su fortaleza en tiempos de angustia. El Señor los ayuda…los libra de los malvados y los salva, porque en él ponen su confianza.” (Salmo 37:23-28, 33-40).

Hasta Job en su agonía testificó del poder protector de Dios. Nunca he conocido a persona alguna que haya enfrentado lo que Job pasó. Este hombre perdió su familia, sus posesiones, su salud, y su buen nombre. ¿Quién puede discutir con la experiencia de este hombre? Sin embargo, Job se dirige a Dios como “oh Guarda de los hombres” (Job 7:20).

Una y otra vez, nuestro Dios se ha probado como un protector de su pueblo. Sin embargo, ¿con cual propósito? ¿Por qué el Señor insiste en protegernos? Encontramos una clave en las palabras de Moisés: “El Señor nuestro Dios nos mandó temerle y obedecer estos preceptos, para que siempre nos vaya bien y sigamos con vida. Y así ha sido hasta hoy.” (Deut. 6:24). Moisés dice que Dios les dio los mandamientos por una razón: para preservarlos y protegerlos. Pero, ¿para qué? Por la misma razón por la cual Dios quiere salvarnos y protegernos a nosotros.

Pero, ¿eso era todo el testimonio de Israel? ¿Fueron preservados y protegidos para que murieran en el desierto? ¿Las liberaciones de Dios eran tan solo para mantenerlos a salvo y bien alimentados a través de sus vidas? Seguramente que tenia que haber una razón por la cual Dios los preservo.

martes, 2 de septiembre de 2014

EL CIELO SI EXISTE - PELÍCULA



MIERCOLES 3 DE SETIEMBRE A LAS 8:00PM (LUEGO DE LA ORACIÓN DE LAS 7:30PM) EN LA AVENIDA C-20 TALARA PROYECTAREMOS ESTA PELÍCULA QUE SERÁ DE GRAN BENDICIÓN PARA SUS VIDAS. INGRESO LIBRE!!

lunes, 1 de septiembre de 2014

LA HORCA QUE PREPARARON SERÁ TU BENDICIÓN PARTE 4


¿Qué expectativas tienes de que Dios en este año va a revertir la situación que estás viviendo? ¡Tú puedes llegar a vivir confiado a pesar de tus circunstancias! Tu confianza es parte de tu fe, por eso suena tan bonito el salmo 23 donde el rey David dice: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo…” ¡Es un Salmo que demuestra confianza! “Jehová es mi pastor, nada me faltará” ¡Tú eres mi Señor! ¡Tú eres mi Dios! ¡Tú eres mi pastor! Cuando me vaya mal, me irá bien, cuando vengan las circunstancias negativas sobre mi vida, tú me defenderás. Sabe que Dios no se duerme, mientras tú duermes, Él vela. ¡El sueño es un misterio! ¿Por qué no dejas de respirar cuando duermes? ¡Dios mantiene tu vida! Puedes dar miles de explicaciones científicas, pero las cosas están hechas de tal manera que tu puedes descansar y al otro día abrirás los ojos y te levantarás renovado, y le darás gracias a Dios por un nuevo día.
Pero hay cosas que tienes que desechar hoy. Si realmente crees que esta palabra es para ti, tienes que entregarle a Dios toda tu ansiedad y todo tu afán. Quizás alguna enfermedad te está perturbando, o algún pecado, tal vez  alguna deuda; mas Dios me ha mandado a darte palabra de consuelo y no estoy hablando algo que se me ocurrió sino que creo absolutamente que Dios me mandó a darte este mensaje, y si tú crees, recibes. Dios te va a prosperar y te bendecirá, y esa deuda que te tiene en afligido se terminará, de tal manera que declararás: “¡Dios lo ha hecho! ¡Yo no pude hacer nada, pero Dios si!” Y la enfermedad desaparecerá, y la soledad, entrégasela al Señor, confía en Él porque la palabra de hoy te dice que Dios vela por ti como lo ha hecho con el pueblo judío en aquel entonces, como veló por Mardoqueo y por la reina Ester.
¿Realmente hay fe en ti? ¿Es Dios tu Dios? ¿Es Él tu sustentador? ¿Es tu esperanza? Entonces, todas tus maldiciones desaparecerán; las amarguras, las tristezas, los afanes, las ansiedades, las enfermedades y deudas desaparecerán. ¡Dios obrará a tu favor!

Si tú hoy has entendido lo que Dios quiere de ti y si has entendido que tienes que pedirle perdón por algún pecado que está obstruyendo esa relación que impide que Dios sea realmente tu papá, tu Dios y Señor, si necesitas el favor de Dios, debes decirle: “Señor, perdóname y límpiame porque no tengo paz. ¡Cubre mis pecados con tu sangre preciosa! ¡Límpiame y purifícame! Quiero experimentar tu bendición y ver en mi vida lo que le sucedió a la reina Ester y a Mardoqueo. Yo quiero ver caer a mis enemigos, los demonios que atentan contra mi vida y me quieren matar. ¡A esos demonios que me quieren robar mi familia y mi matrimonio los voy a ver en la horca, caídos y abatidos! En el nombre de Jesucristo hago esta oración, amén”.